jueves, 10 de diciembre de 2009

ETAPA ESCOLAR (6-11 años)


Comienza a integrarse a los 7 años superando las insuficiencias de estabilidad, control y potencia de la etapa preescolar.

Se consigue dividir el salto en sus fases y segmentos intervinientes, buscando sus enlaces y significado de conjunto con respecto a los objetivos del gesto global.

Introduce las disociaciones corporales y la coordinación segmentaria.

Para autoras como Williams (1983) el patrón maduro del salto con un apoyo se empieza a observar a partir del 6° año. Este parrón maduro se caracteriza por:

1. Mantener la cabeza y el tronco erguido.

2. Extensión de la rodilla y tobillo de la pierna de apoyo al despegar.

3. El apoyo se realiza sobre la parte delantera del pie con flexión de la rodilla y del tobillo para absorber la fuerza.

4. El pie libre se mantiene en una posición baja cercana al suelo y detrás del cuerpo, la rodilla flexionada.

5. Los brazos se mantienen flexionados por los codos cerca del cuerpo; ayudan en la elevación del cuerpo.

6. El movimiento es fluido y rítmico.

Como en las habilidades anteriores, no todos los niños y niñas de 6 a 8 años alcanzan el patrón maduro del salto y pueden presentar dificultades que el profesor o entrenador deben estar dispuestos para detectar. La observación natural, o construida, del salto ofrecerá pistas sobre el tipo de problemas que los niños y niñas presentan. Estas dificultades pueden estar referidas a la falta de control y coordinación al saltar, lo que se manifiesta por una inadecuada preparación para el salto, ineficaz participación de los brazos, rigidez exagerada al moverse, impulso asimétrico de las piernas, escasa extensión al impulsarse, aterrizajes pesados y poco amortiguados con una limitada flexión de la cadera, rodilla y tobillo, o aterrizajes inestables a los que les sigue la caída al suelo.

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