jueves, 10 de diciembre de 2009

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

Ruiz, L. y cols. (2001), “Desarrollo, comportamiento motor y deporte”. Editorial Sintesis.

ETAPA VEJEZ


La cinemática del salto muestra una menor flexión de rodilla y una extensión muy temprana.

http://www.youtube.com/watch?v=VcE5oz7YaIM

ETAPA PUBERTAD-ADOLESCENCIA (12-18 años)


ESTADIO FINAL.

PIERNAS CADERAS: Flexión preparatoria acentuada, Extensión completa y enérgica de todas las articulaciones en el impulso.


TRONCO: Flexión de 45º durante la fase de impulso, despegue en dirección del salto.


BRAZOS: Sincronizado al movimiento de extensión de las piernas. De largo recorrido.


ESPECIALIZACIÓN.

http://www.youtube.com/watch?v=0zADRiiQwhM

ETAPA PREESCOLAR (4 - 6 años)



• La edad preescolar se caracteriza por el perfeccionamiento de las formas motoras variadas y la adquisición de las primeras combinaciones de movimientos. Estadio inicial de los saltos.

• PIERNAS-CADERAS: Casi extendidas en la fase preparatoria y la extensión en el momento del impulso es incompleta.

• TRONCO: Posición vertical con poca participación.

• BRAZOS: Movimiento limitado sin ningún tipo de sincronización.

• De 4 a 5 años saltan separando y uniendo las piernas, lateralmente, pasando cuerdas a pequeñas alturas del suelo y saltan desde obstáculos a 24 cm. de altura cayendo con semi-flexión de las piernas.

• Saltan en diferentes direcciones.

• A partir de los 5 años se supera el pseudosalto de la etapa infantil aunque sigue teniendo un marcado carácter simbólico.

• Con 5 años saltan despegando con los dos pies y caen con un pié.

• De 5 a 6 años saltan y caen con los dos pies, salto horizontal. También saltan con un pié y caen con el mismo pié. Realizan saltos de longitud cayendo con semiflexión de las piernas y buena estabilidad.

• Son capaces de percibir el espacio al saltar una cuerda

• A lo largo de la etapa se evoluciona hacia una menor rigidez en la fase de despegue (Acción de flexo- extensión más amplia) y al amortiguamiento de la caída (Rarick y Dobbins, 1975).

• La competencia para saltar verticalmente evoluciona de tal manera que a los 6 años son capaces de elevarse 15 cm.


ETAPA ESCOLAR (6-11 años)


Comienza a integrarse a los 7 años superando las insuficiencias de estabilidad, control y potencia de la etapa preescolar.

Se consigue dividir el salto en sus fases y segmentos intervinientes, buscando sus enlaces y significado de conjunto con respecto a los objetivos del gesto global.

Introduce las disociaciones corporales y la coordinación segmentaria.

Para autoras como Williams (1983) el patrón maduro del salto con un apoyo se empieza a observar a partir del 6° año. Este parrón maduro se caracteriza por:

1. Mantener la cabeza y el tronco erguido.

2. Extensión de la rodilla y tobillo de la pierna de apoyo al despegar.

3. El apoyo se realiza sobre la parte delantera del pie con flexión de la rodilla y del tobillo para absorber la fuerza.

4. El pie libre se mantiene en una posición baja cercana al suelo y detrás del cuerpo, la rodilla flexionada.

5. Los brazos se mantienen flexionados por los codos cerca del cuerpo; ayudan en la elevación del cuerpo.

6. El movimiento es fluido y rítmico.

Como en las habilidades anteriores, no todos los niños y niñas de 6 a 8 años alcanzan el patrón maduro del salto y pueden presentar dificultades que el profesor o entrenador deben estar dispuestos para detectar. La observación natural, o construida, del salto ofrecerá pistas sobre el tipo de problemas que los niños y niñas presentan. Estas dificultades pueden estar referidas a la falta de control y coordinación al saltar, lo que se manifiesta por una inadecuada preparación para el salto, ineficaz participación de los brazos, rigidez exagerada al moverse, impulso asimétrico de las piernas, escasa extensión al impulsarse, aterrizajes pesados y poco amortiguados con una limitada flexión de la cadera, rodilla y tobillo, o aterrizajes inestables a los que les sigue la caída al suelo.

ETAPA INFANTIL (0 - 4 años)


Al adquirir la marcha, aumenta considerablemente nuevas formas de movimiento. El niño en la necesidad de realizar movimientos, unido a la confrontación con su medio ambiente, lleva a la adquisición de variadas formas motoras nuevas. Entre las cuales está el salto. Las Capacidades Coordinativas están muy poco desarrolladas. Movilidad: La flexión de articulaciones del cuerpo es tremendamente grande (especialmente articulaciones de caderas). Sin embargo, es reducida la capacidad de extensión de la mayoría de las articulaciones.

El salto, en su expresión más sencilla, es un movimiento discreto en el que el cuerpo es proyectado mediante el impulso de las piernas al aire durante un periodo breve de tiempo.

El desarrollo del salto necesita de complicadas modificaciones de la marcha y la carreta.

El salto supone la propulsión del cuerpo en el aire y la amortiguación en el suelo de todo el peso corporal sobre ambos pies. Son fundamentales los factores fuerza, equilibrio y coordinación como responsables de una ejecución adecuada. Por lo tanto, hasta que el niño no posea estas cualidades necesarias para elevarse no se observarán claramente los resultados del salto.

Salto con los dos pies:

• Desde temprana edad es común observar cómo a los niños pequeños les divierte realizar pequeños saltos verticales de forma repetida. En el segundo año los saltos los trata de realizar impulsándose con los dos pies a la vez, algo que les resulta difícil. En dichos saltos podemos observar la existencia de una fase preparatoria y una fase de acción.

• En la fase preparatoria el sujeto se flexiona acumulando energía para el despegue que, por la dirección que debe tomar, necesita la acción vigorosa de los brazos hacia delante-arriba, para después del despegue aterrizar en el suelo con la estabilidad suficiente que amortigüe la caída.

• En estas edades avanza el centro de gravedad para provocar un desequilibrio, y la impulsión se lleva a cabo a partir de la extensión de la columna vertebral, siendo un movimiento en el que la rigidez es la característica principal. Estas características son una expresión de la progresión cefalocaudal en el control motor.

Progresivamente, a partir de los 2 años, el niño va siendo capaz de saltar con los dos pies, aunque tenga dificultad para que sea al unísono, pero ya se prepara para poder aterrizar de forma controlada. La acción de los brazos es limitada y con cierto grado de rigidez; es más, se observa una acción opuesta a la acción de las piernas, lo que resta eficacia en el salto.

Las investigaciones han mostrado que a la edad de 3 años el 42% de los niños son hábiles saltando y que a los 4 años y medio lo es el 72%. A la edad de 5 años tienen un promedio en el salto de longitud a pies juntos de 60 a 90 cm. Diferentes autores analizaron los saltos infantiles destacando sus características:

1. Un paso adelante desde una superficie elevada precede a la habilidad para saltar por extensión de las dos extremidades inferiores.

2. La protección en las caídas se realiza por un ajuste automático de las extremidades inferiores para poder amortiguar el impacto de una forma más ventajosa y adecuada.

3. Las extremidades superiores sirven al principio para frenar el impulso moviéndose en dirección opuesta, para pasar posteriormente a ser un elemento más que aumentará el momento generado por los extensores de las piernas.

4. La cabeza se mueve espontáneamente para mantener una relación normal con el centro de gravedad.

Saltos

- De 0 a 2 años realizan un psudosalto.

- De 2 a 2 años y medio realizan saltos simples ( despegue con un pié y caída con otro)

- De 3 a 4 años realizan saltos despegando un pié y cayendo con dos pies.

* Saltan en una única dirección.