jueves, 10 de diciembre de 2009

ETAPA INFANTIL (0 - 4 años)


Al adquirir la marcha, aumenta considerablemente nuevas formas de movimiento. El niño en la necesidad de realizar movimientos, unido a la confrontación con su medio ambiente, lleva a la adquisición de variadas formas motoras nuevas. Entre las cuales está el salto. Las Capacidades Coordinativas están muy poco desarrolladas. Movilidad: La flexión de articulaciones del cuerpo es tremendamente grande (especialmente articulaciones de caderas). Sin embargo, es reducida la capacidad de extensión de la mayoría de las articulaciones.

El salto, en su expresión más sencilla, es un movimiento discreto en el que el cuerpo es proyectado mediante el impulso de las piernas al aire durante un periodo breve de tiempo.

El desarrollo del salto necesita de complicadas modificaciones de la marcha y la carreta.

El salto supone la propulsión del cuerpo en el aire y la amortiguación en el suelo de todo el peso corporal sobre ambos pies. Son fundamentales los factores fuerza, equilibrio y coordinación como responsables de una ejecución adecuada. Por lo tanto, hasta que el niño no posea estas cualidades necesarias para elevarse no se observarán claramente los resultados del salto.

Salto con los dos pies:

• Desde temprana edad es común observar cómo a los niños pequeños les divierte realizar pequeños saltos verticales de forma repetida. En el segundo año los saltos los trata de realizar impulsándose con los dos pies a la vez, algo que les resulta difícil. En dichos saltos podemos observar la existencia de una fase preparatoria y una fase de acción.

• En la fase preparatoria el sujeto se flexiona acumulando energía para el despegue que, por la dirección que debe tomar, necesita la acción vigorosa de los brazos hacia delante-arriba, para después del despegue aterrizar en el suelo con la estabilidad suficiente que amortigüe la caída.

• En estas edades avanza el centro de gravedad para provocar un desequilibrio, y la impulsión se lleva a cabo a partir de la extensión de la columna vertebral, siendo un movimiento en el que la rigidez es la característica principal. Estas características son una expresión de la progresión cefalocaudal en el control motor.

Progresivamente, a partir de los 2 años, el niño va siendo capaz de saltar con los dos pies, aunque tenga dificultad para que sea al unísono, pero ya se prepara para poder aterrizar de forma controlada. La acción de los brazos es limitada y con cierto grado de rigidez; es más, se observa una acción opuesta a la acción de las piernas, lo que resta eficacia en el salto.

Las investigaciones han mostrado que a la edad de 3 años el 42% de los niños son hábiles saltando y que a los 4 años y medio lo es el 72%. A la edad de 5 años tienen un promedio en el salto de longitud a pies juntos de 60 a 90 cm. Diferentes autores analizaron los saltos infantiles destacando sus características:

1. Un paso adelante desde una superficie elevada precede a la habilidad para saltar por extensión de las dos extremidades inferiores.

2. La protección en las caídas se realiza por un ajuste automático de las extremidades inferiores para poder amortiguar el impacto de una forma más ventajosa y adecuada.

3. Las extremidades superiores sirven al principio para frenar el impulso moviéndose en dirección opuesta, para pasar posteriormente a ser un elemento más que aumentará el momento generado por los extensores de las piernas.

4. La cabeza se mueve espontáneamente para mantener una relación normal con el centro de gravedad.

Saltos

- De 0 a 2 años realizan un psudosalto.

- De 2 a 2 años y medio realizan saltos simples ( despegue con un pié y caída con otro)

- De 3 a 4 años realizan saltos despegando un pié y cayendo con dos pies.

* Saltan en una única dirección.

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